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Proyecto apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes

Monday, December 17, 2007

Sed y cicatrices


En tu vida fui agua;
así recorrí tus labios, tu cintura
y después caí olvidado a tus pies.

Él, en cambio, es fuego;
cada instante tuyo que recorre
deja su huella inolvidable en tu vida.

En mi vida eres sed y cicatrices.
Marzo, 2002

Thursday, November 01, 2007

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Recuerdo el invierno. Recuerdo los árboles deshojados. Recuerdo cómo crujían las hojas secas. Me senté en una banca, lejos de todos. Cerré los ojos y pensé en ti. Respiro. Suspiro. Ojalá estuvieras aquí. Ojalá jamás hubiera partido. No, deja de pensar eso, falta poco tiempo. De repente no pensaba más en ti sino en mí, observando tus ojos. Extraño que mis brazos te abracen, extraño que mis labios te besen. Ojalá pienses en mí en este momento. Recuérdame, extráñame como te extraño yo. No reconozco en mí estos sentimientos. Me confundo, me siento egoísta. ¿En esto nos convierte la soledad crónica? Los segundos transcurren entre sollozos. El tiempo acecha.

Abrázame, ¿no ves cómo me desvanezco?

Tuesday, September 25, 2007

Érase una vez...


Érase una vez la tristeza infinita. Érase una vez que la muerte se enamoró del tiempo y tuvieron un hijo: Adán. Érase una vez un hombre, el primero, que sintió la soledad. Érase una vez la invención del amor en Eva. Érase una vez la tentación, el mal y la expulsión del Paraíso. Érase una vez los hijos y la muerte. Érase una vez el mal. Érase el mal dos veces, tres. Érase una vez el hombre llorando por regresar a Dios. Érase a Dios que se negó a escuchar. Érase el hombre, de nuevo, suplicante. Érase Dios que descendió a comprender el sufrimiento. Érase la muerte de Dios. Érase una vez la resurrección y luego, la promesa. Érase una vez el hombre olvidando su muerte. Y, sin embargo, érase una vez la muerte; y érase dos veces, tres, mil. Érase una vez el infierno y la justicia. Érase una vez la última advertencia. Érase una vez que, quien tuvo oídos, escuchó.

Friday, September 21, 2007

Simpsology

Wednesday, July 25, 2007

Sin derecho a réplica...



¿Quién eres cuando comenzaste a leer estas líneas?

No es secreto que en todo momento cambiamos. Y estas líneas no serán la excepción.

Piensa en lo siguiente: Este día, estos segundos no serán indiferentes para el resto de tu vida. Un segundo es tan importante para el siguiente que, si mueres en uno de ellos, el siguiente no existirá. Bueno, sí lo hará, pero sin ti. Sin ti. Tras tu muerte tu reloj seguirá funcionando. Alguien más usará tu ropa, tu casa, tu televisor. Alguien morbosamente escarbará tu diario lleno de secretos. Tu vida pertenecerá ahora a lo que se dice de ti, sin derecho de réplica.

Como lo ves, incluso seguirás cambiando después de muerto. Tu última biografía no será una autobiografía fruto de tu puño y letras sino una interpretación de tus palabras a la obscuridad de lo que tus vecinos, amigos y familiares inventarán sobre ti, con tal ser protagonistas de tu desgracia y no morir en anonimato.

El tiempo te sobrevivirá. Los rumores sobre ti también, y eso no podrás controlarlo. Con curiosidad indecente indagarán sobre cómo se extinguió tu aliento. Algunos llorarán por el resto de sus vidas y otros se alegrarán secreta, silenciosamente. Tú lo hubieras hecho igual. A decir verdad, te ha sucedido.

Pero tampoco te emociones tanto. Para la mayoría de las personas, serás tema de conversación una semana o dos. Para algunas, serás motivo de impresión. Para pocas, de lágrimas sinceras. Para dos o tres, inolvidable.

Respira.

Revisa tu reloj, ¿el tiempo se detuvo? No. En estos minutos más de una persona ha muerto. Pero no te preocupes, su vida seguirá siendo escrita por otros bolígrafos ajenos a su mano, incluso quizá por ti.

Continúa cambiando, continúa amando, odiando, besando, escribiendo, leyendo, trabajando, continúa dejando escapar tu vida como agua entre las manos, como aire...

Piénsalo, vívelo. La noche te espera con estos pensamientos.

¿Quién eres cuando comenzaste a leer estas líneas?
¿Quién cuando terminaron?

Tuesday, June 19, 2007

Un hermosísimo detalle de mi novia...

HTML EMBEDED NO LONGER EXISTS

Saturday, May 26, 2007

El olvido I (o sobre la posibilidad del suicidio de la amada en el cuerpo del amante)


Permíteme encontrarte entre las últimas lágrimas que suspiraré por ti;
permíteme destruir en este grito el destino que imaginamos juntos.

Esta noche te cerraré los ojos
como por ti abría los míos hasta hace dos atardeceres.
No sobreviviré al cáncer de tus recuerdos en mi memoria;
desahuciado recorreré la tortura de los días sin ti,
desquiciado viviré la locura de abrazarte en tu ausencia,
desesperado soñaré la figura de tu sonrisa en mi agonía.
Que la luz te ignore;
maldito el destello que ilumine tus labios traidores,
maldita la luciérnaga que aceche tu rostro delicado,
maldito el fuego que te dé calor sin destruir tu belleza.
He advertido... a los mares de tus lágrimas falsas,
a los vientos de tus suspiros fingidos,
a la tierra de tu cuerpo seductor,
al fuego de tu frialdad inquebrantable.
Hoy bajo tierra yace la ilusión que dirigía toda mi vida,
lo que en tu diversión era un juego,
en mi alma fuego fulminante;
tu alegría efímera a cambio de mi tristeza perpetua.

Mi corazón ha guardado tu mejor silueta:
sin tus traiciones, deseos y pasiones
sin tu pasado, presente y futuro
sin tus frustraciones, engaños y miserias.

Permíteme encontrarte entre las últimas lágrimas que suspiraré por ti;
permíteme destruir en este grito el destino que imaginamos juntos.

Esta noche cerraré tus hermosos ojos que guardo en mi corazón;
sea esta navaja que recorre mis brazos
la sepultura de la mujer más hermosa,
las exequias de tu ideal en mi mente,
el funeral de aquella alma con la que viviré toda mi muerte.

Enero, 2002.

Sunday, April 01, 2007

Lo irreparable I


Tus lágrimas fueron ríos. Tus lágrimas fueron mares.
Lloraste hasta saciarte.
Lloraste hasta quedar enteramente vacía.

Cuando las lágrimas se extiguieron,
no recordabas para qué servían tus ojos.

Te ayudé a cerrarlos.


Volviste a llorar, aunque esta vez sin lágrimas; sólo un gemido inconsolable. No podías respirar, no te interesaba en absoluto. Cada segundo de ausencia es una daga que corroe tus últimos deseos.

Un minuto: sesenta afiladas navajas en un corazón que vive sin desearlo.

Aprieta tus puños, apriétalos fuertemente.
Esto es lo irreparable; esto es lo que nunca más volverá a ser.

Arrancaste entonces tus cabellos con furia, como si el dolor físico opacara la herida del espíritu. Gritas, esperando que ese Alguien te escuche. Titubeas... si en ese momento el mismo Satanás te ofreciera un sólo día como era antes, sin dudarlo lo aceptarías a cambio de todos los infiernos.
Por desgracia -piensas- el muy ingrato siempre prefiere disfrutar de nuestro sufrimiento. Tu racionalidad no ayuda cuando cuestiona porqué ha sucedido esto... ¿por qué a ti? ¿qué hiciste? ¿qué dejaste de hacer?

Los consuelos se convierten en la mejor manera de conservar la melancolía. ¿Quién pensó que el desconsolado sufriría menos con una mirada bondadosa, con una palabra siempre inadecuada? Tus ojos obnubilados sollozaban: "
¿No te das cuenta que hoy entristezco para siempre..? ¿no te das cuenta que jamás en mi vida volveré a ser feliz? Vete y no insistas en que todo pasará. No me preguntes cómo estoy, mejor responde a porqué sigo aquí. ¿No te das cuenta que mañana, al despertar, nada de esto habrá sido un sueño?".

Abrí tus ojos. Sollozaste y te abracé fuertemente. No te consolaré, soy consciente de tal utopía. Ve mis ojos por útlima vez... ésta es la última lágrima que mis ojos llorarán por la vida que nunca más volveremos a vivir. Tú has perdido tu sonrisa y yo te he perdido a ti.

Tuesday, March 13, 2007

tarea encomendada


Bajo una situación similar a la contada por Clarissa, un espíritu inmortal, y tras un período de silencio, cumplo la encomienda de una luz que me ha acompañado desde hace ya varios años. Gracias por escucharme, pero sobre todo, gracias por dejarme escucharte.

Instrucciones: Tome el libro que tenga más cerquita y vaya hasta la página 123. Váyase ahora a la quinta oración. Copie las siguientes tres oraciones y publíquelas en su blog con su nombre, libro y autor, y póngasela de tarea a otros tres bloggeros.

Libro: El Paraíso Perdido (¿acaso me sorprende que haya sido lo más cercano?)
Autor: John Milton
"Con dulce despedida el Sol radiante extiende hacia el atardecer su rayo, los campos se reaniman, las aves vuelven a sus notas, y el balido de los rebaños demuestra su gozo que resuena en los valles y colinas. ¡Vergüenza para el hombre! El demonio, con el demonio se une en fiel concordia; sólo los hombres de las demás criaturas racionales disiente, aunque con la esperanza de la divina gracia; y si bien paz Dios proclama, ellos viven odio, enemistad y lucha unos con otros, y levantan crueles guerras que devastan la tierra con el fin de destruirse entre ellos mismos: como si (y ello pudiera inducirnos al acuerdo) el hombre no tuviera bastantes enemigos infernales que noche y día su destrucción esperan."
Esta experiencia bíblica va para: Uriel, LauraPa y Pollo.


Thursday, February 01, 2007

Florencia, 30 de diciembre de 2006



Desde el Ponte Vecchio contemplé un atardecer que daba la bienvenida a las tempranas noches de la Florencia decembrina. El río Arno se extendía desvaneciéndose hacia dos horizontes contrarios... el agua cristalina repetía en su reflejo un escenario majestuoso, inigualable, mágico: la más hermosa arquitectura de un ocaso que armonizaba el paisaje divino con antiguas edificaciones humanas.

En aquellos días, la lejanía me había sensibilizado de tal manera que recordaba en todo momento algunos corazones que tanto me hacían falta. De repente, un vacío que identifiqué prontamente como soledad. No me refiero a aquella soledad como ausencia de personas que nos acompañen en algún momento. Más me remito a aquélla causada por tener algo tan increíble que quisiéramos compartirlo... hasta darnos cuenta que esto es completamente imposible. Frente a mí, un fragmento del Paraíso y nadie con quién compartirlo. Con "nadie" encierro a todas aquellas personas cuya lejanía no atormenta mi vida.

Una multitud entonces rodeó a un trovador italiano cuyo canto y guitarra estremecían a cuanto espíritu se dejara encantar. Entonó la canción que puedes escuchar en el video colocado antes de estas líneas. Tardé algunos segundos en reconocer que los recuerdos pronto inundaron lo que anteriormente era un vacío inconsolable. La memoria proyectó a mi espíritu una delicada biografía de momentos que me han llevado a emprender esta travesía.

Si entonces no pude compartir contigo este instante de eternidad en la tierra, hoy te recuerdo que en ese momento te necesité más que nunca.

Tuesday, January 30, 2007

Bastille day, 1961



Existen melodías que nos dirigen hacia algún recuerdo.
Otras, en cambio, son el recuerdo mismo.

Escucha el sufrimiento del violoncelo desgarrando nuestro espíritu. No consigo olvidar su resonancia en mi pecho, recordándome el vacío de entonces.

Allí viene otra vez.

No es una luz. No es esperanza. No es ilusión.
Escúchalo y escúchame: Mi voz es silencio.

Allí viene otra vez.

Finge atención sólo esta vez. Finge que te importa. Finge que no te he descubierto. Finge que somos los mismos. Finge que eres feliz.

Allí viene otra vez.

Como el mar golpeando una y otra vez la arena. Como el sueño latigueando una y otra vez la realidad.

Allí viene otra vez.

Nunca olvides que te lo advertí.

Wednesday, January 17, 2007

JC



Quisiera creer que no es cierto, pero la realidad golpea más fuerte que el deseo.
A pesar que no quiera aceptarlo, nunca más volveremos a abrazarte.
¿Por qué? Imposible responder.
Creo que en este momento nos observas recordándote. No te fallaremos en eso.
Por ello, nunca olvidaremos lo importante que es reír y disfrutar la vida.
Sólo por hoy toma estas lágrimas como las risas que nos faltaron compartir.

Mañana una sonrisa atacará mi rostro.
Tal gesto serás tú, con tu fuerza de seguir adelante.
Gracias por lo que has dejado al tiempo... ahora disfruta de la eternidad.
Gracias hermano, un abrazo fuerte de todos los que te extrañaremos.


Tu silencio


Te lo he pedido. No fue explícito en algunas ocasiones. Sin embargo, tu silencio representaba no un secreto, aunque sí confidencialidad. De cualquier manera confío en ti más de lo que nadie pudiera contarme. Nunca me dejaré guiar por lo que digan de ti. Eres lo más opuesto a mi soledad. Si deseas mentirme, hazlo. Pero, por favor, nunca me traiciones...

Thursday, January 11, 2007

Tiempo


Cerré los ojos. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Más bien: ¿cuántos sueños fueron irreales? Desperté sin comprender una clara distinción entre el sueño y la vigilia: ¿acaso no vivimos para hacer realidad nuestros sueños? Repasé las medidas de tiempo que había contemplado hasta entonces, siete en total:

7. tiempo-reflejo: cuando medimos el tiempo observando nuestro rostro en el espejo... "saludos cordiales no-bienvenida arruga, no creas que mi piel se arrodillará ante el tiempo".
6. tiempo-objeto: tomar un reloj o el calendario... "jueves 11 de enero de 2007, 9am (tiempo cd. de México)".
5. tiempo-liquido: quienes cuentan sus lágrimas esperando que el sufrimiento termine... "¡Dios! ¿cuándo dejarás morir mis ojos?".
4. tiempo-santo: el tiempo no importa en absoluto... "comprenderás que nunca naciste y nunca morirás cuando comprendas que eres espíritu; no vives hermano, sólo sueñas".
3. tiempo-eleata: el tiempo no existe... "dado que el movimiento es una ilusión, el tiempo es una quimera; todo es uno".
2. tiempo-de-arena: regresivamente se vislumbra la fatídica culminación del reloj de arena: "no cumplo un año más de vida, todo lo contrario, lo he perdido".
1. tiempo-parteaguas: contar el tiempo a partir de hechos importantes (como un "antes y después de Cristo" personal): "cuando te conocí, volví a nacer...".

Despierto. Debe existir otro, uno donde se contemple: el sentido de tu espíritu, las personas amadas y odiadas, donde figuren todas las primeras-veces, las segundas (y terceras, etc.), donde se escriba todo lo que recuerdas y lo que has olvidado... i.e. un tiempo-biográfico. Reflexiono un poco. Ya se ha contemplado pero lo hemos sustancializado. A este tiempo lo llamamos vida. Y el río que fluía incesantemente fue congelado.

Para comprender mejor este tiempo sustituye este sustantivo invernal por un verbo llameante: "vivir". Para comprender mejor este tiempo recuerda que la acción nunca es infinitiva; cámbiala por "vivo" o "viviendo". Para comprender mejor este tiempo asimila que su mayor característica es lo personal, irrepetible, único... ahora puedes escribir tu nombre. Ese tiempo eres tú, vívete.

Sunday, January 07, 2007

La fe de Asís II: la unidad


“Había una vez un ermitaño que, durante toda su vida, había procurado llegar a la perfección. Después de distribuir sus bienes entre los pobres, se había retirado al desierto para consagrarse a la plegaria. Llegó el día de su muerte. Subió al cielo y llamó a la puerta del Paraíso. «¿Quién es?», dijo una voz en el interior. «Yo», respondió el ermitaño. «No hay lugar para dos aquí», respondió la voz, «vete». Entonces el ermitaño descendió a la tierra y reanudó la lucha: pobreza, ayuno, plegarias, lágrimas... Cuando murió por segunda vez, llamó de nuevo a las puertas del Paraíso. «¿Quién es?», dijo la misma voz. «¡Yo!» «No hay lugar para dos aquí», respondió de nuevo la voz. Desesperado el ermitaño bajó a la tierra y reanudó la lucha con más intensidad para ganar por fin la salvación de su alma. A los cien años, murió por tercera vez. Llamó a las puertas del Paraíso. «¿Quién es?», dijo la voz. «¡Tú, Señor, tú!», respondió el ermitaño. Entonces, las puertas del Paraíso se abrieron de inmediato. Y el ermitaño entró en él." - Niko Kazantzakis, El pobre de Asís (fragmento).

La unidad. La simplicidad. Cuando el hombre se acepta como carne, el tiempo y la muerte existen. Cuando el hombre se acepta como alma, la eternidad existe pero también la muerte. Cuando el hombre se acepta como espíritu, sólo existe la eternidad.

En mi visita por Asís contemplé un sepulcro. ¿Quién yace allí? Polvo. Polvo que decidimos llamar "restos del hermano Francisco". Nada más diferente a un puñado de tierra. Tierra hambrienta, harapienta, estigmatizada. Nada tan distinto a tu cuerpo o al mío. ¿Quién yace allí? Tú, yo. En la tierra encontramos distinción, propiedad, "yo", "tú". Cuando por fin entienda que somos uno podré morir. Cuando seamos uno entonces no habrá muerte. Cuando no haya muerte entonces no habrá nunca más un "cuándo".

Saturday, January 06, 2007

ETA: 30-D


La imagen me persigue, me agobia, me acecha. Regresaba de Italia al aeropuerto de Barajas en Madrid. Al salir, observé varias cámaras de televisión. "Esperan a algún famoso-pensé- quizá a los del Real". Escucho maquinaria ruidosa trabajando. "Construcciones, las clásicas construcciones interminables en los aeropuertos". Esperaba el autobús que me llevaría desde la terminal T4 hasta la T2, donde se encuentra el metro. El autobús no llega, una mirada más cercana a la construcción... ¡Dios! ¡¡¡No están construyendo sino sacando carros entre toneladas de escombros!!!

Imagina el resultado del peor choque automovilístico que hayas visto. Tú sabes, de esos que nos sorprende ver subidos en las grúas hacia el ministerio público. Recuerda el más destrozado y ahora aplástalo diez veces más hasta que quede tan delgado como un cartón.

Ahora, el edificio. Se trataba de un estacionamiento tan grande como un estadio de fútbol de tamaño medio. Una explosión. Y después, nada.

Lo peor: dos vidas terminaron. ETA anuncia poco antes de realizar sus atentados. Sin embargo, la mayoría de las veces no falta "el que no se enteró". Y "el que no se enteró" simplemente muere. Dos biografías que detrás llevaban proyectos sin cumplir, por el contrario, ahora familiares y amigos se encuentran devastados por la pérdida.

Me acerco al pequeño homenaje que suele dejarse a las víctimas de los atentados. Cientos de veladoras rojas iluminando las dos grandes fotografías con sus rostros. Cartas anónimas, de familiares, de amigos. Muestras de afecto, de indignación, de rechazo. Una bandera de Ecuador con un moño negro. Luto. La gente, mirando la fotografía se pregunta: ¿seré yo el próximo? ¿será mi hija, mi esposa? Eso es el terrorismo.

El terrorismo no es sólo miedo. Lo que respalda al terrorismo es una disyuntiva excluyente. Cuando ambas partes opinan que unos son los buenos y los otros los malos. Cuando ambos dicen que el otro no quiere dialogar. Pero ¿cómo conciliar lo que, de principio, es irreconciliable? Yo quiero lo que tú quieres y no lo podemos tener los dos; se acabó el diálogo. ¿Solución? O bien alguna de las partes cede o bien alguna destruye a la otra. El terrorismo busca la primera opción, obligando a que el otro ceda administrando una pequeña dosis de la segunda opción.

La política de la muerte, psicología del terror.