Recuerdo el invierno. Recuerdo los árboles deshojados. Recuerdo cómo crujían las hojas secas. Me senté en una banca, lejos de todos. Cerré los ojos y pensé en ti. Respiro. Suspiro. Ojalá estuvieras aquí. Ojalá jamás hubiera partido. No, deja de pensar eso, falta poco tiempo. De repente no pensaba más en ti sino en mí, observando tus ojos. Extraño que mis brazos te abracen, extraño que mis labios te besen. Ojalá pienses en mí en este momento. Recuérdame, extráñame como te extraño yo. No reconozco en mí estos sentimientos. Me confundo, me siento egoísta. ¿En esto nos convierte la soledad crónica? Los segundos transcurren entre sollozos. El tiempo acecha.
Abrázame, ¿no ves cómo me desvanezco?
Abrázame, ¿no ves cómo me desvanezco?
5 comments:
el extrañar crea un vacío profundo en el alma... por eso a veces es mejor no recordar...
aún cuando no sea tan romántico... en soledad la indiferencia es un buen cómplice...
el amor, caía bajo esas hojas frías y secas de tu indiferencia, ¿como esperas que que retoñe en un invierno eterno de mentiras y pasión?
Cada quien en su parte, cada quien en su lado, pero el sentimiento es el mismo, yo también me alejaba y pensaba en ti, yo también pensaba que ya faltaba poco, contaba cada día y cada hora para estar junto a ti, para dejar de extrañar besarte y abrazarte y hacerlo, no sólo pensarlo, no sólo soñarlo, sino llevarlo a la realidad, Claro que te extrañe como tu me extrañabas, te necesité tanto... pero hoy te tengo a mi lado y no hay nada mejor, te amo mi vida!!! Gracias por este comment en tu blog!!
ya vuelve no?
Me parece interesante saber que el olvido es algo en lo que bastantes personas están de acuerdo, sin embargo me siento cierto que ese error del olvido es esquivado por algunos y también que ese esquivo sentir es más por cobardía que por dolor real...
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