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Proyecto apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes

Tuesday, October 31, 2006

Ausencias de otoño


Hoy observo la noche desde la ventana: nubes cubren el cielo, las estrellas, la Luna. El silencio es desafiado en ocasiones por el eco del viento resonando entre las hojas de los árboles. Sin embargo, éstos aún no se han dejado vencer por el otoño. En mi mente tu voz, tu rostro, tus labios. Esta noche no estás tan lejana... no, nunca lo has estado. En todo momento mi corazón te guarda, te suspira, te espera. No me dejaré vencer por el otoño de tu ausencia. La lucha continúa. Te extraño tanto...

Friday, October 27, 2006

retratos


unos niños,
luego, sentados en una fotografía;
siglos después, y sin saberlo, junto a las memorias de una bailarina...

hoy, fuego y vino conviven, no, sobreviven ante otra memoria,
y nuevamente estas dos almas desafían al tiempo,
más aún: desafían a la muerte,
pues ya han vivido tres veces...

Thursday, October 26, 2006

Arqueología de la nada


El frío que sigue la lluvia,
la neblina blanca,
la hoja que gotea en memoria de la tormenta,

tu tormenta.
En el espejo, mis ojos, como aquella hoja,
recordando,
. . nuestras risas,
. . .como
. . . . un eco...

En mi
memoria,
todo sucede por segunda ocasión.
No, tercera, décima, diezmilésima...
Como la primavera:
. . . sólo aconteció una vez
. . . en la historia del universo
. . . y la tierra no la olvida.
. . . No, nunca.

Así, una a una resucito tus palabras.
¿Cómo respiro bajo la penumbra de tu ausencia?
No, mas obscuro aun,
¿cómo, si tu beso vive sin mis labios?
Vestigios, sólo vestigios.
Esta noche, por centésima ocasión,
mi memoria reconstruye lo que pudimos ser:
arqueología de un destino no vivido.

Tuesday, October 24, 2006

Paradisus lacrimarum


Hemos desarrollado ya
un sentido de abandono,
ahora podrás dormir
y la bisagra te advertirá
que alguien ha cerrado la puerta
...ahora se han despedido.

Advertirás la soledad
y el viento en los bosques desamparados
aparecerá como tu cortejo de la aurora;
la luna bajo una ilusión
te presentará a nuestras Señoras de la tristeza,
ellas te acompañarán
y todas tus lágrimas, suspiros y tinieblas
te cantarán en la medianoche:


Nunca te alejes de nosotras,
te hemos cantado desde del mediodía,
te acariciamos entre la lluvia
cuando sentiste frío,
te hemos amado
desde hace tanto tiempo...

¡Oh tristeza,
oh piadosa,
oh virgen de la luna inmaculada!,
por quien tu hija hemos llorado,
da redención a sus lágrimas
y besa su frente,
besa sus fríos labios de cristal.


El mar no vuelve,
y nuestros pasos en la arena
parecen eternos,
ahora, cerremos los ojos...
Piensa en aquella vez de la bisagra,
su voz parecía una esperanza
de profundidad delicada;
te diriges al sagrario,
la parte más obscura del bosque,
donde aún se respira la humedad del musgo.
Allí está Levana,
la Virgen del manto negro,
a quien has rezado los últimos mil años,
y a quien clamarás de nuevo:

Estoy sola Diosa mía...
no puedo creerlo,
no quiero respirarlo,
soy necia ante mi condición eterna
pero mi necedad me aparece
como una esperanza,
estoy sola Diosa mía.

Virgen de la ceniza,
acaríciame.
Virgen de la noche,
ampárame.
Virgen de la tristeza,
protégeme de mis pensamientos.

Pues nadie ha llegado
para asegurarme
que no moriré.

Quizá,
en la noche más fría,
escuches este ruego.