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Proyecto apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes

Tuesday, January 30, 2007

Bastille day, 1961



Existen melodías que nos dirigen hacia algún recuerdo.
Otras, en cambio, son el recuerdo mismo.

Escucha el sufrimiento del violoncelo desgarrando nuestro espíritu. No consigo olvidar su resonancia en mi pecho, recordándome el vacío de entonces.

Allí viene otra vez.

No es una luz. No es esperanza. No es ilusión.
Escúchalo y escúchame: Mi voz es silencio.

Allí viene otra vez.

Finge atención sólo esta vez. Finge que te importa. Finge que no te he descubierto. Finge que somos los mismos. Finge que eres feliz.

Allí viene otra vez.

Como el mar golpeando una y otra vez la arena. Como el sueño latigueando una y otra vez la realidad.

Allí viene otra vez.

Nunca olvides que te lo advertí.

Wednesday, January 17, 2007

JC



Quisiera creer que no es cierto, pero la realidad golpea más fuerte que el deseo.
A pesar que no quiera aceptarlo, nunca más volveremos a abrazarte.
¿Por qué? Imposible responder.
Creo que en este momento nos observas recordándote. No te fallaremos en eso.
Por ello, nunca olvidaremos lo importante que es reír y disfrutar la vida.
Sólo por hoy toma estas lágrimas como las risas que nos faltaron compartir.

Mañana una sonrisa atacará mi rostro.
Tal gesto serás tú, con tu fuerza de seguir adelante.
Gracias por lo que has dejado al tiempo... ahora disfruta de la eternidad.
Gracias hermano, un abrazo fuerte de todos los que te extrañaremos.


Tu silencio


Te lo he pedido. No fue explícito en algunas ocasiones. Sin embargo, tu silencio representaba no un secreto, aunque sí confidencialidad. De cualquier manera confío en ti más de lo que nadie pudiera contarme. Nunca me dejaré guiar por lo que digan de ti. Eres lo más opuesto a mi soledad. Si deseas mentirme, hazlo. Pero, por favor, nunca me traiciones...

Thursday, January 11, 2007

Tiempo


Cerré los ojos. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Más bien: ¿cuántos sueños fueron irreales? Desperté sin comprender una clara distinción entre el sueño y la vigilia: ¿acaso no vivimos para hacer realidad nuestros sueños? Repasé las medidas de tiempo que había contemplado hasta entonces, siete en total:

7. tiempo-reflejo: cuando medimos el tiempo observando nuestro rostro en el espejo... "saludos cordiales no-bienvenida arruga, no creas que mi piel se arrodillará ante el tiempo".
6. tiempo-objeto: tomar un reloj o el calendario... "jueves 11 de enero de 2007, 9am (tiempo cd. de México)".
5. tiempo-liquido: quienes cuentan sus lágrimas esperando que el sufrimiento termine... "¡Dios! ¿cuándo dejarás morir mis ojos?".
4. tiempo-santo: el tiempo no importa en absoluto... "comprenderás que nunca naciste y nunca morirás cuando comprendas que eres espíritu; no vives hermano, sólo sueñas".
3. tiempo-eleata: el tiempo no existe... "dado que el movimiento es una ilusión, el tiempo es una quimera; todo es uno".
2. tiempo-de-arena: regresivamente se vislumbra la fatídica culminación del reloj de arena: "no cumplo un año más de vida, todo lo contrario, lo he perdido".
1. tiempo-parteaguas: contar el tiempo a partir de hechos importantes (como un "antes y después de Cristo" personal): "cuando te conocí, volví a nacer...".

Despierto. Debe existir otro, uno donde se contemple: el sentido de tu espíritu, las personas amadas y odiadas, donde figuren todas las primeras-veces, las segundas (y terceras, etc.), donde se escriba todo lo que recuerdas y lo que has olvidado... i.e. un tiempo-biográfico. Reflexiono un poco. Ya se ha contemplado pero lo hemos sustancializado. A este tiempo lo llamamos vida. Y el río que fluía incesantemente fue congelado.

Para comprender mejor este tiempo sustituye este sustantivo invernal por un verbo llameante: "vivir". Para comprender mejor este tiempo recuerda que la acción nunca es infinitiva; cámbiala por "vivo" o "viviendo". Para comprender mejor este tiempo asimila que su mayor característica es lo personal, irrepetible, único... ahora puedes escribir tu nombre. Ese tiempo eres tú, vívete.

Sunday, January 07, 2007

La fe de Asís II: la unidad


“Había una vez un ermitaño que, durante toda su vida, había procurado llegar a la perfección. Después de distribuir sus bienes entre los pobres, se había retirado al desierto para consagrarse a la plegaria. Llegó el día de su muerte. Subió al cielo y llamó a la puerta del Paraíso. «¿Quién es?», dijo una voz en el interior. «Yo», respondió el ermitaño. «No hay lugar para dos aquí», respondió la voz, «vete». Entonces el ermitaño descendió a la tierra y reanudó la lucha: pobreza, ayuno, plegarias, lágrimas... Cuando murió por segunda vez, llamó de nuevo a las puertas del Paraíso. «¿Quién es?», dijo la misma voz. «¡Yo!» «No hay lugar para dos aquí», respondió de nuevo la voz. Desesperado el ermitaño bajó a la tierra y reanudó la lucha con más intensidad para ganar por fin la salvación de su alma. A los cien años, murió por tercera vez. Llamó a las puertas del Paraíso. «¿Quién es?», dijo la voz. «¡Tú, Señor, tú!», respondió el ermitaño. Entonces, las puertas del Paraíso se abrieron de inmediato. Y el ermitaño entró en él." - Niko Kazantzakis, El pobre de Asís (fragmento).

La unidad. La simplicidad. Cuando el hombre se acepta como carne, el tiempo y la muerte existen. Cuando el hombre se acepta como alma, la eternidad existe pero también la muerte. Cuando el hombre se acepta como espíritu, sólo existe la eternidad.

En mi visita por Asís contemplé un sepulcro. ¿Quién yace allí? Polvo. Polvo que decidimos llamar "restos del hermano Francisco". Nada más diferente a un puñado de tierra. Tierra hambrienta, harapienta, estigmatizada. Nada tan distinto a tu cuerpo o al mío. ¿Quién yace allí? Tú, yo. En la tierra encontramos distinción, propiedad, "yo", "tú". Cuando por fin entienda que somos uno podré morir. Cuando seamos uno entonces no habrá muerte. Cuando no haya muerte entonces no habrá nunca más un "cuándo".

Saturday, January 06, 2007

ETA: 30-D


La imagen me persigue, me agobia, me acecha. Regresaba de Italia al aeropuerto de Barajas en Madrid. Al salir, observé varias cámaras de televisión. "Esperan a algún famoso-pensé- quizá a los del Real". Escucho maquinaria ruidosa trabajando. "Construcciones, las clásicas construcciones interminables en los aeropuertos". Esperaba el autobús que me llevaría desde la terminal T4 hasta la T2, donde se encuentra el metro. El autobús no llega, una mirada más cercana a la construcción... ¡Dios! ¡¡¡No están construyendo sino sacando carros entre toneladas de escombros!!!

Imagina el resultado del peor choque automovilístico que hayas visto. Tú sabes, de esos que nos sorprende ver subidos en las grúas hacia el ministerio público. Recuerda el más destrozado y ahora aplástalo diez veces más hasta que quede tan delgado como un cartón.

Ahora, el edificio. Se trataba de un estacionamiento tan grande como un estadio de fútbol de tamaño medio. Una explosión. Y después, nada.

Lo peor: dos vidas terminaron. ETA anuncia poco antes de realizar sus atentados. Sin embargo, la mayoría de las veces no falta "el que no se enteró". Y "el que no se enteró" simplemente muere. Dos biografías que detrás llevaban proyectos sin cumplir, por el contrario, ahora familiares y amigos se encuentran devastados por la pérdida.

Me acerco al pequeño homenaje que suele dejarse a las víctimas de los atentados. Cientos de veladoras rojas iluminando las dos grandes fotografías con sus rostros. Cartas anónimas, de familiares, de amigos. Muestras de afecto, de indignación, de rechazo. Una bandera de Ecuador con un moño negro. Luto. La gente, mirando la fotografía se pregunta: ¿seré yo el próximo? ¿será mi hija, mi esposa? Eso es el terrorismo.

El terrorismo no es sólo miedo. Lo que respalda al terrorismo es una disyuntiva excluyente. Cuando ambas partes opinan que unos son los buenos y los otros los malos. Cuando ambos dicen que el otro no quiere dialogar. Pero ¿cómo conciliar lo que, de principio, es irreconciliable? Yo quiero lo que tú quieres y no lo podemos tener los dos; se acabó el diálogo. ¿Solución? O bien alguna de las partes cede o bien alguna destruye a la otra. El terrorismo busca la primera opción, obligando a que el otro ceda administrando una pequeña dosis de la segunda opción.

La política de la muerte, psicología del terror.